Fotografiar el amor de un gran amigo siempre resulta algo muy especial. Imaginaos si se trata de dos. Y es que, conozco a Oscar desde hace muchísimos años, y a Sheila desde hace 7, justo cuando la vida los junto en el camino.
Cuando me contaron la gran noticia y, además, me dijeron que me querían como su fotógrafo de boda, no pude contener mi alegría y deseos de empezar a trabajar desde aquel momento en las imágenes que veréis a continuación.
Si algo predomino durante su preboda fueron las risas y anécdotas que fueron surgiendo a lo largo de la tarde, pero sin duda alguna, lo más destacable fueron sus miradas y como lograban transmitir sus sentimientos con tan solo abrazarse.
Empezamos recorriendo un encantador bosque situado en Tarragona, dejando que las situaciones surgieran, huyendo de los posados forzados y artificiales. Y es que, no hay nada mejor que dejar fluir las sensaciones, para crear esa magia que se plasma en unas bonitas fotografías. Una vez empezó a bajar el sol, y para acabar de hacer más mágica aún esta preboda, les propuse de desplazarnos hasta Tamarit, hasta el Castillo de Tamarit exactamente, lugar donde se realizaría la celebración de su gran día.
No cabe la menor duda de que nos encontrábamos ante un lugar con gran encanto, situado en la costa de Tamarit, bañada por el mar Mediterráneo. No podía dejar pasar la oportunidad de realizar estas ultimas imágenes en un lugar que muy pronto sería tan significativo para ellos.
Y ahora sí, sin más dilación, aquí tenéis un breve resumen de todo lo que dio de si esa esplendida tarde. Gracias, mil gracias por vuestra confianza depositada en mi. Quereos mucho, siempre.
Jose Pleguezuelos | Fotógrafo de Boda